viernes, 5 de julio de 2013

Como llego la Divina Pastora a Santa Rosa

La historia de la Virgen de la Divina Pastora en Venezuela es la historia de la Virgen María que quiso quedarse en un lugar muy específico en el Estado Lara.  Allí se fundó una ciudad con el nombre de Nueva Segovia en 1552.  Muy junto a ella, en 1671 se fundó un pueblo llamado Santa Rosa del Cerrito, donde habitaban los indios gayones.  En 1740 ocurrió un incidente muy interesante.  El Vicario de la Iglesia de la Concepción de Barquisimeto, Felipe de Prado encargó para su iglesia una imagen de la Divina Pastora. Por su parte, el Párroco del pueblo de Santa Rosa, Sebastián Bernal, encargó para su iglesia una imagen de la Inmaculada Concepción. Ambos sacerdotes hicieron sus solicitudes al mismo escultor y en un sólo documento que fue enviado a España.
Cuando llegaron los cajones con las imágenes de la Virgen, los confundieron y el que debía llegar a Santa Rosa con la Inmaculada llegó a Barquisimeto y el de la Divina Pastora llegó a Santa Rosa en vez de a Barquisimeto
El Padre Bernal con entusiasmo fue a abrir el cajón para sacar la imagen de la Inmaculada y para su gran sorpresa vio que la imagen era la de la Divina Pastora. Molesto por el error que habían cometido, pidió que lo sellaran de nuevo para enviarlo a su destino en la ciudad de Barquisimeto.  Cuando lo fueron a levantar para llevárselo, no pudieron levantarlo. El peso inusitado que había cobrado la imagen de la Divina Pastora hacía imposible moverlo.
El Padre Bernal sorprendido por el acontecimiento comunicó la novedad al Vicario Felipe Prado y éste tuvo una interpretación que aún hoy es una razón suficiente para los barquisimetanos: “La Virgen se puso pesada porque quiso quedarse en el pueblo de Santa Rosa”.  Luego, cuando la fueron a sacar para colocarla en la propia Iglesia de Santa Rosa, pudo ser levantada con mucha facilidad. De ahí en adelante se desarrolló una gran devoción y a la Virgen se le atribuyen una cantidad inmensa de milagros.
Este hecho tan interesante enseña que las crisis, los problemas, las situaciones límites, representan una gran oportunidad para nuestro crecimiento interior.  Es el momento del misterio, de la aventura, de la gran oportunidad de crecer hacia algo mejor. Cada circunstancia, cada persona puede enseñarnos. Los pobladores le rezaban a la Virgen y muy pronto encontraron el sentido de que Ella estuviera en medio del pueblo.  Las semillas de la sabiduría, de la paz, de la salud, se encuentran en el seno de nuestras dificultades.
Que la Virgen en su advocación de Divina Pastora se haya querido quedar en el pueblo de Santa Rosa se convirtió en una oportunidad de transformar algo que se veía como fracaso o dificultad, en una oportunidad de crecimiento, de transformar un problema en una danza del corazón.  Lograrlo, está en nuestras manos.-

 María García de Fleury


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